Hemos tenido la oportunidad de estudiar en este tiempo acerca de nuestra identidad y de conocer el
propósito e intención que tuvo nuestro creador al darnos vida, y ese toque especial de Dios para
hacernos conforme al diseño necesario para cumplir con la asignación que nos encargó.
Nuestra meta debe ser cumplir con tal asignación de manera tal que podamos glorificar al padre al hacerlo como ha sido su voluntad.
¿Cómo Dios nos Forma?
ANALICEMOS ESTE FODA
F Formación Espiritual
O Oportunidades
R Recursos
M Mi personalidad
A Antecedentes
Formación Espiritual
Dios permite con buen propósito, los procesos necesarios para que podamos a través de
ellos lograr una formación espiritual, nos despoja del viejo hombre, nos transforma en vasijas de barro que solo tengan depositada la esencia de lo que el quiere reflejar a través de nuestro ministerio, sin proceso no existe formación y por lo tanto no se logra madurez espiritual.
Oportunidades
Dios nos regala oportunidades para evidenciar nuestra formación y por ende ser efectivos en nuestra asignación. Es por eso que debemos tener los ojos espirituales abiertos para estar atentos a cualquier oportunidad en la que podamos servirle a él de maneras muchas veces
inimaginables. Muchas veces consideramos como pequeñas algunas cosas que tenemos, sin
embargo, es precisamente con lo pequeño que podemos iniciar nuestro servicio y entrega al
Señor, más aún porque somos parte de un cuerpo, y nuestras oportunidades, desarrolladas en comunidad, resultarán ser un gran aporte al propósito congregacional.
Recursos
¿Con qué contamos para glorificar al Padre? Es necesario reconocer que sean tangibles o
intangibles, tenemos recursos con los cuales podemos llevar a cabo nuestro servicio. Nuestra
voz, nuestras habilidades innatas, nuestros recursos materiales, entre otros; todos son
valiosos si les damos el buen uso para el servicio o asignación.
Mi personalidad
LA IDENTIDAD
Dios a cada quien ha hecho único; distintos los unos de los otros, diferente no es ni mejor ni peor, sino diferente. Según la multiforme gracia de Dios, da a cada quien un talento y dones distintos para presentar de maneras particulares su servicio al Señor, con la convicción que
es nuestro padre quien debe glorificarse a través de nosotros.
Antecedentes
Nuestra personalidad, y la sumatoria de las experiencias vividas, así como las interacciones
con quienes Dios ha señalado para nuestro crecimiento a fin de edificarnos conforme al
mandato de Dios, los recursos que Dios ha dispuesto para nuestros aprendizajes, en especial
su palabra, y sobre todo, la identidad particular que nos dio, forman parte de los
antecedentes sobre los cuales Dios obra para que su testimonio de amor, misericordia y gracia puedan ser un ancla para nosotros presentar a Cristo a través de nuestra asignación.
Toda situación que nos acontece tiene propósito, nuestra vida tiene siempre un ¿para qué y
no un ¿por qué? Dios se glorifica en cada situación que vivimos, cada adversidad, cada prueba,
resultan ser una manera de Dios levantarnos, de enderezar nuestros pasos, de retarnos a
evidenciar que tenemos las armas que él mismo, por su gracia, nos ha adiestrado para pasar
la prueba y glorificarse en nuestro testimonio. Toda prueba es permitida, cuando ya se nos ha capacitado física y espiritualmente para vencerla.
Nuestra disposición a emplear lo aprendido, queda de parte nuestra. tome en cuenta que lo que usted vence, le convierte en
autoridad sobre ese desafío, lo que usted no puede vencer, lo vence a usted.
¿Saldremos
victoriosos o saldremos derrotados? ¡Usted tiene el libre albedrío para elegir!
“Bendito sea Jehová, mi roca, Quien adiestra mis manos para la batalla, Y mis dedos para la guerra;”. Salmos 144:1
Dios hará fluir de manera especial la manera en cómo le servimos, aunque ciertamente existen algunos parámetros para desarrollar algunos de los servicios que Dios establece,
porque en Dios todo tiene un orden, no es menos cierto que no debemos sesgarnos por
querer el estilo de desempeño de nuestro servicio, siempre y cuando todo cuanto hagamos
glorifique a Dios y honre su nombre, y pongamos el carácter de Cristo en cada asignación, sabremos que todo lo que somos, servirá para el buen propósito de Dios y no para satisfacer
a los hombres, porque a Cristo el Señor servimos.
“Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres;sabiendo
que del Señor recibiréis la recompensa de la herencia, porque a Cristo el Señor servís. ¨
Colosenses 3:23-24
