No comprender quién eres te hará susceptible a querer ser los que otros son: “Antes que te formase en el vientre te conocí, y antes que nacieses te santifiqué, te di por profeta a las naciones”. Jeremías 1:5.
En términos más claros, lo que se interpreta de “No comprender quién eres te hará susceptible a querer ser los que otros son” es que, si no comprendemos nuestra identidad, fácilmente estaremos “copiando” o “imitando” a otro líder; cabe también aclarar que, Pablo indicó claramente “Sed imitadores de mí, como yo lo soy de Cristo” 1 Corintios 11:1 y es importante esclarecer bajo cual contexto Pablo hizo esta afirmación. La intención de Pablo al usar el término “Imitar” fue solo para indicar que en la medida que nos parezcamos a Cristo, en el caso particular de él, ya Pablo calificaba para que se le tuviera como ejemplo, pues él tenía al más supremo ejemplo que podemos tener en la manera de vivir, Jesús, que más bien debe ser nuestro modelo de vida.
Ahora bien, imitando a Cristo, imitando la manera de vivir de otros líderes cristianos, si califican porque tienen a Cristo como modelo, no significa que imitemos o queramos de ellos sus asignaciones, su vida o sus resultados, pues cada uno tiene un propósito especial, como únicos nos ha hecho nuestro Señor.
Debemos tener conciencia de que somos una pieza en el rompecabezas de Dios, así como el cuerpo físico está compuesto por partes, así también el cuerpo de Cristo está conformado por hermosas piezas con una función específica, por pequeña que parezca ninguna ha sido puesta por encima de la otra; así funciona el cuerpo de Cristo, todos formamos parte de sus buenos propósitos. El servicio al Señor debe estar alineado a nuestro diseño, no a nuestro gusto, no significa que nuestro servicio no está alineado a lo que nos puede traer gozo, sino que nuestro gozo debe ser servirle a Cristo.
Somos vasijas de barro que deben ser llenadas de la gracia de Dios para que sea Cristo y no nuestra naturaleza humana, quien se glorifique en nuestro servicio.
Como parte del cuerpo de Cristo y sabiendo que no tenemos celos, ni envidias por el talento de otros, nos gozamos en el Señor viendo como nuestros hermanos en Cristo pueden también servir y más aún cuando el Señor se glorifica en su servicio, esto nos debe llevar a gozo y a tener esto por ganancia, porque no es nuestro hermano que está ganando, es el pueblo de Dios y Cristo glorificándose; y eso para un miembro de su pueblo, debe ser ganancia absoluta. Cualquiera que sea la función de nuestro servicio, debe ser ejercida con el conocimiento y la convicción de que lo hacemos para el Señor, no es necesario ser cabeza de ningún ministerio, porque la cabeza es Cristo, y en su pueblo la jerarquía no se mira como el mundo la ve, tal como nos decía Cristo “Si alguno quiere ser el primero, que sea el último de todos”.
nuestros ministerios deben hacernos más hermanos, mirando cada uno como puede apoyar con amor en Cristo, como la iglesia primitiva, donde compartían el pan y daban gracias. “Día tras día continuaban unánimes en el templo y partiendo el pan en los hogares, comían juntos con alegría y sencillez de corazón,” Hechos 2:46. Las personas con un corazón integro, no se engrandecen de la debilidad de otros, sino que buscan apoyar a otros y edificarles con lo que ya Dios les ha edificado.
10 comentarios en “Los riesgos de no comprender nuestra identidad II”
Gracias Jesus
Amen !!
Muy edificante Dios nos ayudes a desarrollar un corazón integro y conocer quienes somos en Dios
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